domingo, 27 de junio de 2010

OPUS DEI SECTA PELIGROS ¡¡¡¡CUIDADO!!!!

RSS Feed Twitter Opus Dei, secta peligrosa (1ª parte)
Publicado por Una Ventana al Mundo
Etiquetas: Sectas
1. El fundador


José María Escrivá de Balaguer, marqués de Peralta, título nobiliario que compró en 1968, diseñó la estructura del Opus Dei copiando a los jesuitas en su organización, pero mezclando el carácter de logia secreta de los masones más un ingrediente totalitario. Fue católico fundamentalista y representa lo más oscuro del catolicismo, añadiéndole un tinte político fascista. Por eso el Opus Dei prosperó en España durante la dictadura de Franco, en Chile durante la de Pinochet o en Argentina durante la de Videla.


Pero veamos quién fue realmente este personaje.


José María Escrivá Albás, futuro Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás -cambió su nombre porque se avergonzaba del origen humilde de su familia- nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Sus padres se llamaban José Escrivá y María Dolores Albás Blanc. Fue el segundo de seis hermanos; sus tres hermanas pequeñas murieron siendo niñas. El último nacería mucho más tarde. En 1923 empezó a estudiar Derecho en la Universidad de Zaragoza.


Fue ordenado sacerdote el 28 de marzo de 1925 y comienzó a ejercer el ministerio en varias parroquias rurales de Aragón. En 1927 se trasladó a Madrid donde trabajó dando clases de derecho romano y canónico.


El 2 de octubre de 1928, según su propio testimonio, "vio" que Dios le pedía que difundiese en todo el mundo la llamada universal a la santidad, y que abriera un nuevo camino dentro de la Iglesia, el Opus Dei -Obra de Dios- para transmitir a todos los hombres que se pueden santificar a través del trabajo. Desde ese día, mientras continúa con el ministerio pastoral que tiene encomendado en aquellos años, trabaja en solitario en el desarrollo de la organización. Empieza a contactar con personas de diversas profesiones (artistas, profesores, obreros, sacerdotes, pequeños empresarios...), y a la vez ofrece oración y mortificaciones.


Pero lo que poca gente sabe de este hombre que fue beatificado en 1992 y canonizado en 2002 es que:


•Estuvo internado en un manicomio por sufrir trastornos psicopáticos.
•En sus frecuentes accesos de rabia solía emplear el vocabulario más bajo y soez.
•Careció de amigos. Sólo tuvo siervos.
•Estaba enfermizamente obsesionado con el sexo y, particularmente, con la vida sexual de sus adeptos.
•Fue un estrecho colaborador del dictador Franco, colaborando en sus crímenes.
•Manifestó sus simpatias por Hitler y su política hacia los judíos.
•En su egolatría, gritaba con frecuencia y no toleraba las disensiones.
•No respetaba la doctrina Papal cuando esta contradecía sus opiniones.
•Despreciaba a los pobres.
•El desprecio hacia los demás era una de sus actitudes más características.
•Durante la guerra civil española fue un cobarde traicionando a sus únicos cinco discípulos.
•Era un hombre rencoroso y vengativo. Y se ejercitó en el rencor y la venganza.
•Era un amante de la guerra, acérrimo partidario de la pena de muerte.
•Nunca quiso a nadie (más que a sí mismo) y nunca demostró ni afecto ni ternura ni compasión por los que sufren.
•Era un hombre malvado e intransigente y utilizaba la coacción de forma sistemática y sin escrúpulos.
2. Lavaron el cerebro al Papa


Los sucesores de Escrivá, -que murió en 1975 solo como un perro como era de esperar, ya que los lameculos que lo rodeaban en vida se enzarzaron en una frenética carrera para ocupar su sitio cuando aún su cadáver no se había enfriado-, se encargaron de continuar la "obra" y de no perder la influencia que tenían dentro de la Iglesia, sino al contrario, de ampliarla.


En 1978, pocos días antes del primer Cónclave después de la muerte del papa Pablo VI, (en el se eligió al papa Juan Pablo I, quien murió sospechosamente sólo treinta y tres días después) el futuro papa Juan Pablo II visitó la sede de Villa Tevere y rezó en la tumba de Escrivá. En 1982, y a pesar de la oposición del principal consejero de Pablo VI, cardenal Giovani Benelli, Juan Pablo II elevó al Opus Dei a la posición de única prelatura personal, lo que significa que no rinde cuentas a nadie ni está bajo la supervisión directa de la Iglesia, es decir, dentro de la Iglesia pero por libre. Casualmente el cardenal que se oponía a esto, Benelli, falleció repentinamente un mes antes de un "infarto".


Tras la muerte del sucesor del fundador, el obispo Álvaro del Portillo, en 1994, Juan Pablo II volvió a la prelatura y se arrodilló ante el féretro durante el funeral del prelado general. Esta ruptura del protocolo -el Papa sólo se arrodilla ante los restos mortales de un cardenal- fue contemplada por muchos como un signo de fidelidad a la organización que no regateó esfuerzos para elevarlo al trono papal.


También es sabido que el libro que supuestamente escribió Juan Pablo II "Cruzando el umbral de la esperanza" no lo escibió él, sino destacados miembros de la cúpula del Opus Dei.

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